El 120 aniversario del descubrimiento de la Cueva de Hornos de la Peña se celebrará este viernes

10:30.- Despacho de la consejera. La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, se reúne con el alcalde de San Felices de Buelna. José Antonio Cobo. 13 de septiembre de 2023 © Raúl Lucio
photo_camera 10:30.- Despacho de la consejera. La consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, se reúne con el alcalde de San Felices de Buelna. José Antonio Cobo. 13 de septiembre de 2023 © Raúl Lucio

El 120 aniversario del descubrimiento de la Cueva de Hornos de la Peña, en el municipio de San Felices de Buelna, se conmemorará este viernes con un acto central que se complementará con un ciclo de conferencias y una serie de actividades que buscan implicar a niños y jóvenes en el conocimiento y difusión de este patrimonio cultural.

Hornos de la Peña muestra uno de los conjuntos de grabados rupestres más completos de la región cantábrica. Las primeras figuras, algunas hoy desaparecidas, se sitúan en la zona exterior, y en este espacio que alberga el vestíbulo destacan un caballo de surco ancho y profundo.

Asimismo, cuenta con figuras de tamaño grande y concepción naturalista: caballos, bisontes, uros, cabras, ciervos, un bisonte, un posible reno y una forma serpentiforme que demuestran un conocimiento preciso de la anatomía animal, aunque el motivo más destacado es un antropomorfo con un brazo levantado y una larga cola.

La amplitud e insolación del vestíbulo de esta cavidad fueron atractivos para los últimos grupos de Neardentales y los primeros Homo Sapiens, que ocuparon su zona más exterior, como lugar de habitación.

En momentos más recientes, durante la Edad del Cobre e incluso durante la Guerra Civil, se hizo uso de este espacio subterráneo con fines diversos.

Especialmente las diferencias técnicas, en complementariedad con la concepción estilística de las figuras, permiten apuntar la existencia de dos momentos de grabación.

Una primera fase arcaica en correspondencia con las figuras exteriores de ejecución mediante abrasión y cuya cronología se puede remontar hace al menos 18.000 años, y un segundo momento, al que correspondería la mayor parte de las figuras interiores, cuya cronología magdaleniense debe estar próxima a unos 13.000 años A.C.