FAPAS pone en marcha en Belmonte un proyecto para favorecer la alimentación del oso pardo

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha puesto en marcha en Belmonte (Valle de Polaciones) un proyecto para favorecer la alimentación del oso pardo.

Para ello, FAPAS ha llegado a acuerdos con los propietarios de fincas abandonadas en los montes de Polaciones para iniciar una campaña de plantación de árboles frutales con el objetivo de que los plantígrados tengan en un futuro recursos alimenticios en lugares apartados de los pueblos.

Se trata de plantaciones de frutales, especialmente manzanos con variedades producidas especialmente a partir de viejos árboles, que pueden ser encontrados en pueblos y aldeas de la cordillera cantábrica, ha indicado el Fondo en nota de prensa.

Seleccionados estos árboles con variedades muy antiguas y en proceso de desaparición, son reproducidos en el vivero de la asociación.

El Programa 'Árboles Gourmet para el Oso' bonifica a los propietarios de las fincas que las ceden para su plantación con 10 euros por árbol plantado, comprometiéndose los propietarios a garantizar su conservación.

La campaña está ligada a dar solución a un conflicto que generan los osos y que cada vez es más frecuente al entrar estos animales en pueblos y aldeas para alimentarse de frutas que están cerca de las casas.

Así, FAPAS busca fincas alejadas donde también es posible plantar frutales, llegando a un acuerdo con los propietarios. Según ha apostillado, no se trata de plantar grandes cantidades de árboles, sino pocos frutales pero muy bien plantados y protegidos.

La intención es que el 100 por cien de los frutales plantados sobrevivan. Para ello, utiliza técnicas innovadores de protección de estos frutales que permiten su supervivencia una vez plantados en fincas de montaña, siendo compatible las plantaciones con el mantenimiento de ganado suelto o la presencia de fauna salvaje como ciervos y corzos, cuya acción es muy agresiva para las plantaciones en general.

El principal objetivo de este programa de FAPAS, que desarrolla en colaboración con la empresa EDP Renovables, es demostrar que la conservación del oso pardo se puede convertir en un beneficio para los propietarios de fincas, muchas de ellas abandonadas y sin generan ninguna productividad económica.

Para la asociación FAPAS resulta importante que los vecinos de los pueblos no vean solamente al oso pardo como "un animal que genera conflictos", como es el caso de las colmenas que sufren en muchas ocasiones sus daños.

Según señala, la conservación de esta especie en peligro de extinción también se puede convertir en una fuente de ingresos para los propietarios de las fincas improductivas si las ponen a disposición de su conservación favoreciendo la plantación de árboles frutales.