Izquierda Unida-Podemos ha apostado por "repensar Santander" para convertirla en una "ciudad amigable con las personas mayores".
La coalición ha defendido un cambio integral de modelo para la ciudad, para el que es necesario contar con la opinión y la participación de los mayores, ya que un 25% de su población tiene más de 65 años, y, aproximadamente, el 96% de ellos vive en sus casas, "así que es imposible no contar con ellos al repensar toda nuestra ciudad", ha opinado el candidato a la Alcaldía, Keruin Martínez.
Como parte de este planteamiento, los representantes de la coalición han iniciado una serie de reuniones con colectivos que llevan años trabajando con las personas mayores, como UNATE, La Universidad Permanente, de la que Martínez ha sido docente colaborador durante cuatro cursos.
En un comunicado, el candidato ha explicado que "si la ciudad es amigable para las personas mayores, lo será para todos. Y no hablamos solo de movilidad, sino de accesibilidad a las nuevas tecnologías, a la formación permanente, a la dinamización social o a la participación ciudadana", ha explicado.
Por otra parte, la número dos de la coalición, Charo Quintana, ha defendido "romper con estereotipos culturales sobre la vejez y considerar que esta etapa de la vida está integrada por personas con características y condiciones diversas, muchas de las cuales viven un envejecimiento satisfactorio y quieren participar y estar plenamente integrados en la sociedad".
Para la coalición, el Ayuntamiento debe desarrollar entornos amigables con las personas mayores, avanzar en la accesibilidad en las viviendas, potenciar el envejecimiento activo y desarrollar políticas públicas de cuidado, participación y fomento de la autonomía personal. Y para ello puede utilizar herramientas existentes, como el Consejo de Mayores.
También han recordado el compromiso de elaborar un diagnóstico participativo sobre la situación real de amigabilidad con las personas mayores, un proyecto anunciado en 2018 del que "no ha vuelto a saberse nada".
Varias de las propuestas de la coalición van en esa dirección, proponiendo adaptaciones urbanas y en las viviendas para evitar barreras, pero también el impulso de espacios de socialización, formación y desarrollo cultural, así como la promoción de un cambio en la consideración social de las personas mayores.
Además, la coalición ha señalado el reto que supone el responder a las necesidades especiales de las personas mayores enfermas, en situación de dependencia o que viven en soledad no deseada, así como a realidades sociales, como las de mujeres mayores que sufren violencia machista.
