Una muestra de fotógrafos de National Geographic profundiza en Castro Urdiales sobre la connotación de los colores

El Parque de Amestoy de Castro Urdiales acoge hasta el 8 de septiembre una exposición itinerante con imágenes de fotógrafos de National Geographic titulada 'Colores del mundo', que acerca al espectador la variedad de paisajes del planeta y a los colores que los caracterizan.

A través de 42 instantáneas, la muestra, organizada por la Fundación la Caixa en colaboración con el Ayuntamiento de Castro Urdiales, invita a reflexionar sobre el color y cómo éste es capaz de impactar en los sentimientos, generando fuerza, relajación o emociones.

Así, los colores son los protagonistas de esta exposición que ha sido presentada este jueves por la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán; la directora comercial de CaixaBank Red Asturias y Cantabria, Celia Torío; la delegada Territorial de la Fundación la Caixa en Asturias y Cantabria, Irene Agudo; y la comisaria de la muestra, Alexandra Laudo.

En las fotografías se muestran brumosos azules de la luz de lamañana, vívidos púrpuras y rojos de la puesta de sol, intensos verdes de los campos o dorados de las hojas del otoño, colores en los que los visitantes encontrarán una reflexión sobre el significado de los colores, sus cualidades y su simbolismo a lo largo de la historia.

De la mano de fotógrafos de National Geographic como los premiados Joel Sartore, Steve McCurry, Michael Nichols, Lynn Johnson, Jodi Cobb, Paul Nicklen o Frans Lanting, se dan a conocer las diferentes connotaciones que tienen los colores en las culturas de todo el mundo a partir de la amplia gama de amarillos, naranjas, rojos, violetas, azules, verdes y blancos.

La muestra dedica un ámbito a cada uno de los siete colores elegidos y desgrana, a través de seis fotos por ámbito y pequeños textos introductorios, algunas consideraciones sobre el significado de esos colores en el mundo.

Por ejemplo, el amarillo está representado en la imagen de un granjero rastrillando el heno en hileras en el Estado de Washington(Estados Unidos) o en un pequeño gelada sujeto a la espalda de su madre en el Parque Nacional de las Montañas Simien (Etiopía), así como el dorado de una estatua budista en Myanmar. Así, se refleja como el color del júbilo, del sol que ilumina el planeta y proporciona crecimiento, calidez y relajación.

Mientras, el naranja se muestra en la fotografía de unos ñuscaminando en las proximidades del río Zambeze durante el crepúsculo, o en la lava del volcán Mauna Ulu de Hawái. Se expone como el color de los meses más cálidos y de la transformación del verano en invierno al volverse las hojas anaranjadas, así como un color sereno, que puede recordar la tranquilidad en el tono suave de las túnicas de los monjes budistas, como se ve en otra foto de un joven monje en Camboya.

El rojo es el color para seducir y para mostrar poder y fortaleza, el del amor, la pasión y el fuego en nuestra cultura, y sin embargo en India, como se refleja en una imagen de la tribu Fakirani, significa pureza; y en África es color de luto.

Por su parte, los tonos azules rodean todo el planeta, del cielo al océano. Un ejemplo de ello son las fotografías de un góbido que descansa sobre una almeja gigante en el lecho marino de Indonesia o el par de focas cangrejeras que duermen sobre un bloque de hielo flotante en la Antártida. No obstante, también se liga este color a la religión, como se ve en los azulejo de las mezquitas y también el brillante cerúleo que crepita entre los dedos de Zeus en la mitología griega.

En cuanto al morado, se presenta como misterioso, suave pero insistente, y se muestra cómo sus tonos --lavanda, ciruela, berenjena-- son tan diferentes. Existe en las primeras horas de la mañana antes de que el sol salga, como se ve en una imagen protagonizada por una foca de Groenlandia, o en los colores del otoño de una panorámica del río Missisquoi en Estados Unidos. Asimismo, representa la realeza en los tonos aterciopelados de las túnicas y coronas reales, o en los centros brillantes de las gemas.

El verde se expone como una manifestación de vida y salud, con el primer brote de una planta o un campo de té en Japón.En el mundo animal los verdes también están presentes, como puede verse en la fotografía de un macho de quetzal guatemalteco.

Finalmente, el blanco representa el color de los comienzos y los finales y de la pureza, y así se muestra en la exposición con la instantánea de una novia y sus invitados bailando en Macedonia. También su delicadeza se ve en el pelaje de algunos animales _como el lémur de Madagascar que protagoniza una de las fotografías de la muestra--, pero por contra puede ser abrumador, pues absorbe todos los demás colores, como en la imagen del iceberg antártico.

Esta exposición forma parte del programa Arte en la calle, con el que la Fundación la Caixa tiene el objetivo de acercar la cultura y la ciencia a todo tipo de públicos.